Primarias, Un sainete en tres actos III

TERCER ACTO

Unas primarias que no fueron. Un consenso con aquel apelativo. Un Ramos Allup contento cual lechugino y petrimetre.

 Llegó el día de votar. El odiado Chávez, más que la morisqueta de unidad y la intensa propaganda de la cadena radial, televisiva y papeleta, llevó buena cantidad de votantes; no era paa menos. Uno no sabe cuántos y no habrá forma de saberlo, pues pese la decisión del TSJ, quemaron toda evidencia. ¡Actas de votación a las brasas! ¡Evitemos que caigan en manos del TSJ.

  El CNE no escrutó ni guardó muestra alguna. Uno no puede afirmar ni negar si fue uno o tres millones de votantes. Si un millón votó y apareció tres en el acta, que sin evitar equivocarse leyó la señora Albánez, ese es un misterio que algún día emergerá de la tumba de un muerto vivo.Pero si abundan cosas muy curiosas. Primero Justicia dobló la votación de Pablo Pérez, lo que equivale decir de UNT y AD, pero las tres organizaciones ganaron el mismo número de candidaturas a alcaldías. “Un gallito para tí, uno para él, uno para mi”. Hasta Andrés Velásquez, como de un pote de avena, sacó su papeleta que le hace candidato a gobernador.

 Quemaron las actas antes del tiempo que ellos mismos acordaron para evitar que cayesen en manos del TSJ y se supiese no quiénes votaron, sino cuántos y cómo, en realidad, se distribuyeron los votos. AD y UNT, los “perdedores”, no mostraron interés alguno por saber en verdad cómo quedaron.

 Primero Pablo Pérez, antes que nadie, se manifestó feliz por la derrota y una unidad negociada por arriba. Y cosa inesperada, este candidato derrotado, descartado para repetir en el Zulia, donde escogieron a la esposa de Rosales, se lanzó de nuevo por la gobernación, con la anuencia de la MUD, según aseguró.

 Alguno, que no participó en la componenda, informado que ni él mismo votó a su favor, se acercó al TSJ para pedir éste indagase qué diablos hicieron con su voto. Que desentrañase aquel extraño sortilegio.

 Aquella inesperada demanda desató una piromanía colectiva nacional opositora. ¡Prendan las hogueras”! ¡Libros y actas a las brasas! ¡Qué no quede una huella! ¡Ni una muestra debe llegar a las manos del TSJ porque, por lo menos, serviría para sugerir lo qué pasó el domingo!

 ¡Hay qué evitar que el TSJ se apodere de esas actas de votación a todo costo! Dijo con dramatismo alguien bien enterado.

 Ramos Allup, quien siempre ha desconfiado de “lechuginos y petrimetres”, anunciados los resultados desapareció de la escena. Como AD, en materia de voto presidencial salió con las tablas en la cabeza, uno creía que estaba oculto buscando meticulosamente las pruebas de este fraude. Cuando llegó la demanda del TSJ, un reputado periodista se atrevió a adelantar que tras de eso andaba Ramos. Y no fue así. Apareció al tercer día sonriente, fresco como lechugino y cual petrimetre la arremetió contra quien pidió al más alto tribunal de la república, averiguase a quién carajo le asignaron sus votos. Empezando por el suyo personal. Ramos, en verdad, se ocultó mientras se aseguraba si le habían cumplido con las alcaldías acordadas para AD.

 Ramos Allup, ahora reía feliz porque había prevalecido la unidad. Aquella cosa, en la que él mismo, por zorro viejo no cree, pareciera conformarle. ¡Qué extraño!

 ¿Qué hubo aquel domingo? ¿Unas primarias o la ejecución de un consenso de manera original y fraudelento en el cual los votantes todavía no saben, tampoco están dispuesto a aceptar, que fueron víctimas y actores de un sainete?

FIN....

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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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