Los verdaderos beneficiarios del Primero de Mayo


Efectiva y paradójicamente, pareciera que los verdaderos beneficiarios de los aumentos salariales inducidos y digitalizados por cualquier gobierno de turno, por ejemplo, para la Venezuela de hoy, bolivariano, y ayer, puntofijista, son los comerciantes e industriales burgueses en general quienes hallan en los ajustes salariales de cada Primero de Mayo un método expedito para acrecentar sus ganancias absolutas, como que si su mercado se hubiera agrandado. Y al asalariado le queda el triste recordatorio de sus colegas sacrificados por gobierno y patronos de aquella fecha fatal que hoy nos mueve a consideración.

Por ejemplo, la nómina burocrática que pagan los bancos venezolanos por encomienda del Estado crecerá mágicamente en un 27% aprox., como medida chiquita, desde el próximo 15/05/2005, y con ello su correspondiente alícuota de beneficios por el servicio involucrado. Esto parcialmente en cuanto al industrial de las finanzas.

Los comerciantes al detalleo desde el mismo Pro. de Mayo, si no desde hoy mismo, aumentarán contable y *justificadamente* sus precios de venta, salvo que el gobierno decrete en paralelo una severa y eficaz regulación de aquellos, cuestión que le resultará muy cuesta arriba por aquello de la libre empresa y el libre comercio.

Y es que para un industrial cuya ganancia sea la diferencia aritmética entre su precio de venta y sus desembolsos por costes primos y demás insumos concomitantes, la suba de sus erogaciones salariales que decreta cualquier gobierno lo inducirá irremediable y automáticamente a elevar lineal y hasta exponencialmente el valor de sus ventas. Ni qué decir que tales aumentos salariales cruzarán toda la estructura de costo de todo el aparataje productivo y comercial del país, de manera que forzosamente podemos hablar de una inflación directamente gestada por el propio gobierno nacional de turno.

El caso es que a partir de la teoría burguesa que soporta los procedimientos contables en uso, fincada en la Economía Vulgar, diligentemente practicada y beatificada por los Economistas procapitalistas, a cuya cabeza se hallan los Premios Nobeles de esta disciplina política, ningún patrono burgués concibe que ahora podría vender más y ganar más por el sólo hecho de que los consumidores tendrán mayor poder absoluto de compra; no, él no permitirá una bajadura en su tasa de ganancia, y consecuencialmente se limita a saber que a mayores ventas, mayores y proporcionales ganancias, mismas que él cree obstinadamente que proceden del mercado, y que a costos dados por materias de insumos diversos y salarios, sólo el excedente que recarga a esas erogaciones de caja suyas la representan. De allí su traslado de salarios propios y ajenos al precio de venta, de tal manera que pueda hacer extensivo y ganancioso ese aumento salarial que para él es simple aumento de sus inversiones.

El siguiente es un ejemplito numérico que esperamos radiografíe los efectos de los *aumentos* salariales generosamente otorgados por los gobiernos burgueses:

Insumos no salariales = 50; insumos salariales = 50; entonces, para una ganancia bruta de 50 (50% del costo), el precio de venta en el mercado = 150.

Si el aumento del Primero de Mayo del año X es = 50, entonces esos números serán a partir de dicho día:

100ins +100is + 100g = 300, y, de Perogrullo, el consumidor desembolsará a partir de ese Pro. de Mayo, *día del industrial y del comerciante*, céteris paríbus, ese mismo 33% de la oferta que desembolsaba antes del aumento salarial, pero el comerciante ahora se mete 100 de ganancia absoluta en vez de 50 que lograba antes, y de allí sus motivos para estar de fiesta. Y conste que esta sencilla contabilidad de pulpería es aplicada en todas las cadenas de intermediación comercial e industrial y en todas las ramas del árbol de la industria burguesa.

Una evidente inflación que dará cuenta de los cacareados aumentos salariales. Por esto, inferimos que la inflación sólo perjudica al obrero, mientras beneficia al patrono, razón por la cual es impropio seguir pregonando que ese fenómeno mercantil perjudica al país, habida cuenta que las pérdidas del asalariado necesariamente son contrarrestadas con ganancias para el patrono.



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Manuel C. Martínez C.


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