2012… desenenvenénese

El 2011 dejó en el recuento de sus 365 días muchísimas satisfacciones en el campo de la política, en lo negativo y desagradable recuerdo personalmente varios testimonios de inconformidad inducidos por lo que considero desinformación perversa, traigo dos de ellos a manera de reflexión y opinión iniciando un feliz año para todas y todos, salud mediante y sin ninguna discriminación, ni odio, ni mala intención. Una amiga octogenaria quien me honra con su amistad, nos contó que acompañó a uno de sus nietos a un lugar público de recarga de celulares y allí una dama en voz muy alta, manifestaba su deseo por ganarse un premio grande en la lotería “para comprar un avión y mandar a Chávez bien lejos…”, mi amiga en tono jocoso le dijo a tan escandalosa fémina que para salir de Chávez tendría que esperar hasta el 2021 y la suerte la necesitaba ahora, pues estaba comprando un juego de los que prometen millonarios de la noche a la mañana. Airada la dama opositora contestó que era maestra y le dolía ver niños asistiendo a clases sin medias, porque no tenían para comprarlas, la respuesta de mi amiga fue que entonces el gobierno tendría que poner un mercal-pdval de medias…, teniendo en cuenta que la inflación por los precios especulativos era provocada por empresarios y comerciantes insensibles, ante la explicación la señora insultó de nuevo a Chávez y sin dar tiempo a más conversación se fue refunfuñando. Cuando me echó el cuento -como decimos en criollo-, la amiga quien (es pensionada del Seguro Social igual que casi dos millones de compatriotas), me dio oportunidad de relatarle lo que viví el 23 de Diciembre junto a un familiar en la compra de un juguete que descubrimos estaban vendiéndolo a cien bolívares más del precio marcado. Advertimos al señor vendedor que no eran 350 como indicaban en un cartoncito, sino 250 Bs. cifra escrita con marcador igual que en todos los demás juguetes, con desgano el caballero de la tienda optó por decir que era equivocación y pagamos el precio menor. Comenté con otro señor lo ocurrido y esa persona afirmó que así se producía la inflación, pues aumentaban los precios groseramente como les daba la gana, considerando que por las abultadas ganancias en cada rubro ya vendrá un descuidado que pague, o en todo caso las ganancias son excesivas en Venezuela. Otro comprador quien oía nuestro diálogo se metió en la conversación y con toda la amargura que caracteriza a los oposicionistas formados a punta de titulares de noticias, nos dijo que la inflación =era culpa del gobierno porque Chávez había dividido el país y las carreteras estaban destruidas…”, dicho esto el “analista opositor” ni siquiera esperó respuesta sino que después de gritar que era “culpa e´Chávez…” nos dio la espalda y se largó. El señor del comentario dijo “caramba ese tipo si es bruto, a mi no me ha hecho nada Chávez y no es para defenderlo, pero ese es de los que le desean hasta la muerte al Presidente”. Resulta evidente que tenemos ciudadanas y ciudadanos deformados por la matriz de opinión del periodismo oposicionista radical, disociado, cruel y para colmo mentiroso compulsivo. Hablar de niños pasando necesidades en su asistencia a la escuela, precisamente cuando la atención a toda la educación tiene muchísimo más presupuesto que el escaso asignado durante los gobiernos anteriores, es cuando menos una burrada. Por otra parte, hablar de inflación y decir que Chávez tiene las carreteras destruidas… es igualmente otra asnada desquiciante, sólo posible debido a campañas de prensa engañosas que prácticamente obligan a la colectividad a hacer oposición de cualquier cosa, víctimas de una deliberada desinformación muchas veces calumniosa, a través de periódicos, televisoras y emisoras de radio. Lo peor es que provocan un efecto peligroso en gente que vive con la cara amarrada y en sus expresiones se les nota la necesidad de desenvenenarse para evitar ese odio practicado hasta en navidad y año nuevo. Me queda el consuelo de saber que las preferencias mayoritarias siguen siendo para Hugo Chávez, a pesar del desgaste de los años en el gobierno, un fenómeno muy raro en materia política en Latinoamérica, el cual demuestra porque Venezuela ha cambiado y el socialismo es comprendido, entendido y apoyado, en particular por sectores de la población antes abandonados, reflejados en el letrero de una pared con la imagen de un señor mayor y una señora con discapacidad, con el texto “nosotros no queremos que se vaya Chávez porque no queremos volver a ser invisibles”. El mismo sentimiento de indígenas, madres del barrio, pensionados, indigentes, los recién formados miles de médicos comunitarios, estudiantes desde la más tierna edad hasta alumnos de universidades, amas de casa, campesinos, pescadores, etc., en líneas generales población antes excluida, víctima del capitalismo salvaje durante la mal llamada “democracia representativa” empeñada en volver al poder mintiendo y cabe recordar que quien engaña para llegar, llega para engañar.   


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Luis Sánchez Ibarra


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