A pesar del fatídico año

En 1.812 el Capitán de Fragata Domingo Monteverde es encargado del comando de la Infantería de Marina española en Venezuela y llega a Coro el 22 de marzo de 1812. Tiene su primer enfrentamiento con las tropas patriotas al mando del Coronel Diego Jalón y las derrota. El 26 de marzo de 1812 un terrible terremoto azota al país afectando especialmente a las ciudades en manos de los patriotas, por lo que su ejército sufre cuantiosas bajas. Monteverde, aprovechando este suceso, marcha hacia Barquisimeto y la toma sin disparar un solo tiro ya que la ciudad había quedado asolada por el sismo. Monteverde sigue avanzando  y durante la marcha se le va  incorporando nuevos combatientes, simpatizantes realistas. El 30 de junio los realistas presos en el castillo de San Felipe, Puerto Cabello, se sublevan teniendo como cabecilla al traidor del ejército patriota Alférez Francisco Fernández Vinoni, apresan a la guarnición y se apoderan de la ciudad; mientras poco a poco Monteverde se aproxima victorioso a Caracas.  Miranda al mando del ejército patriota decide entablar acuerdos con Monteverde. El 24 y 25 de julio llegan a un acuerdo por el que los insurgentes venezolanos entregan las armas a cambio de inmunidad para personas y bienes, lo cual no fue respetado por el español. Le fue fácil a Domingo Monteverde enganchar a las clases populares en sus filas, al ofrecerle el saqueo como recompensa de sus actuaciones en combates. Este año 1.812  fue una verdadera hecatombe para los independentistas y esto llevó a la perdida de la Primera República. Sin embargo, a pesar de ser este año nefasto y quizás suficiente para que cualquier hombre se desanime y pierda su fervor por la lucha libertaria, más bien sirvió para dar mayor coraje al principal propiciador de la independencia, quien reflexiona sobre los muchos errores cometidos y entonces busca prepararse con más bríos para seguir la lucha.  

Está próximo a cumplirse los 200 años de aquel infausto acontecimiento, 2.012, sin embargo este es  un año para recordar con más admiración a nuestro Libertador Simón Bolívar, pues a pesar de lo horrendo que fue para la causa patriota, a él y a otros muchos venezolanos revolucionarios de la época aquella vicisitud más bien los lleno de mayor valor patrio. Citemos algunos episodios de ese tormentoso año para  Bolívar:  Exiliado de Venezuela, Bolívar  tiene que pedir a sus amigos que lo ayuden económicamente, pues se encontraba sin un centavo en Curazao, por lo cual le escribe al Señor Francisco Iturbe  el 10 de septiembre y el 19 del mismo mes, también le escribe al señor Juan Nepomuceno Ribas  para que lo ayude prometiéndole su pago diciéndole: “Yo soy incapaz de comprometer a usted ni a nadie sin tener la certidumbre de quedar bien; porque mi honor es preferible a todo; y me vería como un hombre indigno si fuere capaz de asegurar lo que no estoy cierto de cumplir”  Después de superar Bolívar su delicada situación económica, el 27 de noviembre le escribe al Soberano Congreso de Nueva Granada, exponiendo: “La caída de Caracas ha arrastrado tras si la de toda la confederación de Venezuela. El horroroso terremoto del 26 de marzo que hizo perecer más de 20.000 almas en la capital, ciudades y lugares…Caracas cuna de la independencia neogranadina debe merecer su redención, como otra Jerusalén a nuevas cruzadas de fieles republicanos y estos republicanos no pueden ser otros que los que tocado tan inmediatamente por los tormentos que sufren las victimas de Venezuela se penetran del sublime entusiasmo de ser libertadores de sus hermano cautivos” El 15 de diciembre se dirige a los ciudadanos de Nueva Granada de esta manera. “Libertar a la Nueva Granada de la suerte de Venezuela y redimir a ésta de lo que padece, son los objetos que me he propuesto…Yo soy de sentir que mientras no centralicemos nuestros gobiernos americanos, los enemigos obtendrán las más completas ventajas, seremos indefectiblemente envueltos en los horrores se las disecciones civiles y conquistados vilipendiosamente por ese puñado de bandidos que infestan nuestras comarcas…El terremoto del 26 de marzo trastornó ciertamente, tanto lo físico como moral, y puede llamarse propiamente la causa inmediata de la ruina de Venezuela…La influencia eclesiástica tuvo, después del terremoto, una parte muy considerable en la sublevación de los lugares y ciudades subalternas y en la introducción de los enemigos en el país, abusando sacrílegamente de la santidad de su ministerio a favor de los promotores de la guerra civil”  

Fue tal el empeño que le puso Bolívar a su deseo de libertar a Venezuela, que  ya para el 14 de Mayo de 1.813 inicia su reconquista con la CAMPAÑA ADMIRABLE y el 6 de Agosto entra triunfante a Caracas; siendo así como  comienza la gloria de Bolívar. De manera que las cosas adversas que pueda sufrir un hombre que lucha por los demás no significan que no se sobreponga y con más ímpetu actúe en beneficio de un pueblo que necesita ser redimido, como definitivamente tiene que serlo el pueblo de Venezuela,   por consiguiente, el venezolano de hoy tiene que tener siempre presente su herencia, y tener fe de que con su esfuerzo y solidaridad saldrá adelante,  mejorando cada vez más su nivel de vida. Hasta la victoria siempre. 
 

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José M. Ameliach N.


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