Buenas tardes, mis enfurecidos radioescuchas.
Mis ácidos críticos crujientes de sabiduría.
Hoy comenzamos a enfrentar la Ley Mordaza. La tiranía nos ha impuesto una ley represiva musicalmente. Pero amigos, ácidos todos, vamos a complacer a los firmantes de la ley, a quienes por lo visto no les gusta la verdadera música, la original, la que venía sonando desde siempre por esta su emisora amiga. Y ya nos vamos de complacencia jurídica. Pueden ir al baño mientras pasa esta descacharrante obligación.
Aquí está, vamos a poner lo que quiere oír el régimen.
No escuchen, por favor, corran a cualquier parte, y aquí está sonando ya, con Soledad Bravo, una cosa que se llama, vamos ver qué dice aquí, Polo Margariteño.
Suena el Polo Margariteño y luego vuelve el disc jockey. Parece que viene cargado de odio, y sigue diciendo:
- Al fin, al fin terminó esa cosa.
Por eso es que este país no puede llegar a ninguna parte, cómo nos pueden obligar a escuchar esto. ¡Mozart, dónde estás que no te vamos a alcanzar nunca! Esta Ley Mordaza mata la verdadera música. Ojalá ustedes mis queridos oyentes, mis ácidos y crujientes escuchas de siempre, sigan allí mal acompañándome hoy. Y ahora, para continuar apegados al régimen y su mal llamada Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, jajá, cómo les gusta ocultar la verdad detrás de ese montón de palabras.
Ahora vamos a intentar oír, si se puede, a un tal Simón Díaz, con otra cosa de esas que llaman música, Caballo Viejo, fíjense, mis ácidos oyentes, hasta en los nombres se le ve lo marginal a esto. Ahí va.
Suena Caballo Viejo y entra de nuevo nuestro disc jockey mordiendo la ley y con un tono de voz más almidonado.
- Es imposible, amigos, les confieso que no soporto. Hoy estoy a punto de infarto al conocimiento.
Yo no sé si es el cincuenta por ciento de producción nacional o el sesenta por ciento, pero lo que soy yo, no me leo esa Ley Mordaza ni por equivocación. Aquí me dejaron música de Ilán Chester, Reinaldo Armas, Cristóbal Jiménez, Frank Quintero otros, muchos otros. No, amigos, yo boto tierrita y no juego más. Se acabó.
Robertomalaver@cantv.net
