El desprecio por el pueblo en Milagros Socorro

No leo a Milagros Socorro porque está frita desde que la contradicción con la realidad le voló la fusiblera. Pero como, en Twitter, Henry Ramos Allup llama “excelente” al último artículo de la columnista (“Mosca con lo que quiere la gente” en El Nazional 23/04/2012) supuse que alguna barbaridad tendría y, en efecto, no tiene pérdida: el papiro de la Socorro es una ostra con dos perlas; la primera, barroca y pequeña, sobre la fecha de las primarias opositoras que serán “hito de unidad nacional y promesa de refundación de la república” ¡nada menos! donde alaba la decisión ejecutiva de ese cogollo que es la Mesa de Unidad Democrática MUD, de hacerlas en 2012, sin escuchar la opinión de las bases y los amigos. Típico: ¡una unidad nacional y promesa de refundación de la República hecha sin consultar a nadie! Para Doña Milagros eso es “clavo pasao” y no se hable más del asunto.

En la segunda perla, una lágrima redonda y gris como la mediocridad burguesa, la columnista advierte: “queda un asunto que vale la pena debatir: el mito de la infalibilidad de la masa, la supuesta sabiduría del pueblo”.

A MAYORÍA OÍDOS SORDOS

Milagros Socorro, en plan de sagaz politóloga y casi estadista maquiavélica, descalifica la opinión de la gente y recomienda no tomarla en cuenta a la hora de las decisiones. Critica severamente “la estrategia de ciertos políticos y hasta periodistas (Teo toma tu tomate) que adhieren la opinión mayoritaria…”

En apoyo de su tesis (para la que busca aprobación pública, porque si no ¿para qué escribe?) Doña Milagros registra en la chivera de su vasta experiencia y nos refiere el caso de Caldera amnistiando a Chávez por presión de la opinión pública, y cita extensivamente las palabras de su hijo, el ex senador Juan José Caldera:

"Se creó una corriente de opinión a favor de la liberación de los militares por parte de la prensa al presentar mayor cantidad de noticias a favor del sobreseimiento de la causa (…) Claudio Fermín, Oswaldo Álvarez Paz y Andrés Velásquez, principales rivales de Caldera en la contienda presidencial del 93, se pronunciaron públicamente a favor de una amnistía general para los golpistas del 92 y se comprometieron a ponerlos en libertad. (…) Era el reflejo de una opinión predominante en el país".

Ese es el punto, dictamina la demócrata, “Muchas veces el liderazgo incurre en el error de "reflejar" la opinión predominante en la sociedad, aunque al apegarse a esa posición el colectivo sea instrumento ciego de su propia destrucción”.

MAYORÍA CULPABLE

Genio y figura hasta la sepultura, la doña no puede evitar meternos una de sus cabras, una mentira grande como su desvergüenza: “Olvidan que ese pueblo sabio es el que impuso la abstención en las elecciones parlamentarias de 2005”. Con lo cual, echándole la culpa a la masa opositora, los monstruos y fenómenos de su obsceno Retablo de Maravillas de la MUD salen limpios de polvo y paja de la gran torpeza histórica de creer que sin ellos la Asamblea (o el país) se deslegitimaba y no podía funcionar.

Y como guinda de su torta, Doña Milagros cierra con la prueba irrefutable de que no debe tomarse en cuenta a ese pueblo que es “(…) sin ir más lejos, el que ha votado por Chávez para la Presidencia, y por sus enanos, en gobernaciones y alcaldías”. Nótese que para Milagros Socorro (y para Ramos Allup y toda la caterva) pueblo es pueblo, lo mismo bolivariano que opositor, y merece el mismo desprecio.

rothegalo@hotmail.com


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Eduardo Rothe


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