Una última aclaratoria al Dr. Eliécer Alvarado

Antes de escribir lo que pienso, quiero pedirle encarecidamente a los compas de Aporrea que no me censuren la visceralidad –que admito de antemano-, saldrá a los lectores. Pero, es que me hago totalmente responsable de lo que van a leer y, en todo caso, es reflejo de mi arrechera bien personal y, no sé, si justificada.

Entro al punto sin más demoras:

El Dr. Eliécer Alvarado lleva tres años atacándome. No sé que lo mueve, ni me interesa, pero su odio visceral contra los médicos internacionalistas cubanos y mi defensa a ultranza de la ayuda que nos han prestado las misiones cubanas y el Comandante Fidel Castro, han sido el centro de sus ataques. Luego, ha aderezado sus escritos en otras variables políticas que me hacen pensar sus carencias en el tema. Sin embargo, si revisamos toda su historia “literaria”, me atrevo a afirmar que un gran porcentaje de ella está conformada por su odio incontenible hacia La Hojilla y quien escribe esta nota.

El Dr. Eliécer Alvarado dice en su artículo que yo le ofrecí unas trompadas y, debo confesar, que es muy cierto, yo le ofrecí unas trompadas. No obstante, el Dr. Alvarado no dice, no aclara, no revela “por qué” le ofrecí las trompadas.

Es bueno recordarle al Dr. Eliécer Alvarado, que Mario Silva trató, ¡Coño, y vaya que trató!, de mantener un debate constructivo a nivel personal para ver cuáles eran sus motivos en torno a la descalificación permanente de Barrio Adentro y los médicos internacionalistas cubanos. Pues, fue imposible alcanzar un nivel de debate constructivo con el Dr. Eliécer Alvarado, quien se escudó en su titularidad, post grados y nivel de doctorado para seguir desdeñando de manera escatológica a los compañeros cubanos.

Debo confesar también que tengo muy poca paciencia con los idiotas estructurales y me arreché como cualquier mortal que tiene sangre en las venas y le ofrecí las trompadas. Si debo ser condenado por ese desliz, pues acepto humildemente haberme equivocado, aún cuando no prometo nada en cuanto a las ganas que tengo de darle las trompadas.

Soy asiduo lector de Aporrea, incluso de vez en cuando –si el tiempo me lo permite-, envío algún artículo para descargar mis inquietudes. Pienso que en Aporrea confluyen una variedad de opiniones multicolores y eso es muy bueno hasta cierto punto; algunas me interesan, otras las dejo pasar y algunas, francamente, no las digiero, porque pienso que no existen elementos suficientes que las respalden.

El Dr. Eliécer Alvarado desconoce lo que pasó en Carabobo. En lenguaje coloquial, podemos afirmar con toda responsabilidad que no tiene puta idea de lo que pasó allí. De igual forma pasa en el caso de Petare: el Dr. Eliécer Alvarado desconoce y no tiene puta idea de lo que pasó allí y la descalificación hacia el camarada Amorín, no es más que una herramienta miserable para atacarme por mampuesto.

Si tomo en cuenta estas dos premisas de quienes fuimos actores en los casos de Carabobo y Petare, puedo reconfirmar que el Dr. Eliécer Alvarado ratifica su condición de idiota estructural y está descalificado para opinar al respecto; más aún cuando utiliza un tema que desconoce para, lean bien esto: acusarme de sectario, pero a su vez, pedir a título personal que La Hojilla salga del aire. Esa contradicción nada más ya es indicio sin equívoco del patológico ensañamiento que ha tenido desde hace tres años, ¡TRES AÑOS!, en contra de La Hojilla y quien escribe esto.

Debo agradecer las opiniones emitidas por José Varela, Mary Madueño y Jorge Balza. Son opiniones bien acertadas, aún cuando pienso que La Hojilla debe trascender y originar un choque en la consecución de una nueva alternativa comunicacional educadora y liberadora, más que reactiva. Este estudio permanente en la búsqueda de nuevas vías comunicacionales para la dignificación de nuestros pueblos –incluyo a Latinoamérica-, pareciera ser un sueño personal que necesita de la ayuda de todos los comunicadores alternativos, pues mi empirismo en la materia es un obstáculo que hace muy densa esa tarea.

Esta es la última vez que opino en relación al Dr. Eliécer Alvarado. Créanme, es muy difícil lidiar con quien solo tiene el objetivo de joder. Repito, no tengo paciencia con los idiotas estructurales, me es muy difícil tratar de debatir con un pendejo, menos si éste no quiere debatir y trata de imponer a fuerza de odios viscerales sus propuestas.

Mis disculpas de antemano a quienes lean este artículo y, con razón o sin ella, piensen que se me fue la mano. Pero, soy así, tengo 51 años y como cualquier mortal también me arrecho.

Mariosilva59@yahoo.com


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Mario Silva

Comunicador social. Ex-miembro y caricaturista de Aporrea.org. Revolucionó el periodismo de opinión y denuncia contra la derecha con la publicación de su columna "La Hojilla" en Aporrea a partir de 2004, para luego llevarla a mayores audiencias y con nuevo empuje, a través de VTV con "La Hojilla en TV".

 mariosilvagarcia1959@gmail.com      @LaHojillaenTV

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Mario Silva García

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