Tras los vaivenes de mi corazón

Es claro, que el corazón es una víscera más de nuestro cuerpo y junto a las demás: pulmones, hígado, páncreas, riñones estomago etc. Cumple una función en conjunto integral en beneficio de la salud corporal.

Sin embargo, particularmente el corazón, tiene la función de mantener el flujo sanguíneo hasta el más mínimo espacio de nuestro cuerpo. La falta de ese flujo sanguíneo traería como consecuencia, entre otras, la muerte de las células (necrosis) del espacio no irrigado. Y al mismísimo musculo del corazón, también le puede ocurrir esa falta de irrigación sanguínea y a eso le conoce, comúnmente como: infarto.

De lo anterior se desprende la necesidad de cuidar a esta víscera- joya, presente en todos los cuerpos: animales o humanos. Ricos o pobres. Liberales o conservadores. Sentimentales o cerebrales.

Pero, por muchos cuidados que prodiguemos a nuestro corazón, el diario vivir nos da idas y venidas; cargadas de emociones que, en algunos casos, son difíciles de controlar. Esos vaivenes aceleran o disminuyen el ritmo del corazón.

Vaivenes estos, mas abundantes en estos tiempos de rupturas y cambios que nos ha correspondido vivir. Rupturas y cambios en: conceptos, perspectivas y acciones inherentes a sociedades humanas en búsqueda de sobrevivencia; la cual no funcionara por si misma, si no va acompañada de un medio ambiente sano que propicie la vida….. Vida en colectivo, pues ni siquiera como especie humana tenemos la garantía de ser seres únicos.

Cuando esos vaivenes se hacen presentes, y hasta llegan a generar infartos, bueno es tener instituciones públicas como el Instituto Autónomo Hospital Universitario Los Andes (I.A.H.U.L.A) Departamento de Cardiología, Emergencia Coronarias donde un grupo de profesionales médicos y medicas. Enfermeras y enfermeros. Dietistas, cocineras. Camareras, camilleros etc. Funcionan en equipo y trabajan incansablemente con sumo cuidado y atención en procura de restablecerle la salud, a quienes llegamos allá en búsqueda urgente de vida.

A todos ustedes, y en nombre de todos quienes en algún momento somos o fuimos sus pacientes, muchas gracias. Gracias por existir, estudiar y trabajar en beneficio de quien necesite de sus servicios. En lo particular, sus acciones e imágenes, formaran parte de los vaivenes de mi corazón.

berdarias@hotmail.com


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José Bernardo Arias Rondón


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