La "Madre Teresa" de Ucrania viste de naranja

Nuevamente los grandes intereses del Occidente y el Oriente están arrastrando a un país al borde de la guerra civil. Ucrania, donde el resultado de las elecciones presidenciales ha dividido a la población, y es hoy el enclave codiciado, pero lo que muy pocos medios en el mundo dicen es que desde hace una década el archimillonario George Soros, el único norteamericano que “tiene su propia política exterior y la infraestructura para instalarla”, estuvo preparando las condiciones para que Kiev sea la próxima base militar de la OTAN y deje de ser el aliado estratégico de Rusia.

En una entrevista a The New Yorker en enero de 1995, Soros reconoció su ingerencia en el país que garantiza el tránsito de los recursos energéticos rusos hacia el occidente, y dijo que estaba “en Ucrania con la misma mentalidad del negocio de bienes raíces, tomo la decisión de intervenir y lo hago”.

Ya desde 1990 su fundación The International Renaissance Foundation destinó 10 millones de dólares anuales a Ucrania utilizando su sucursal, the Open Society Institute, supuestamente para promover el desarrollo de la economía, cultura y democracia. En el punto económico propone aplicar la famosa ‘Terapia de Choque” diseñada por el “inteligentísimo” Jeffrey Sacks con el apoyo financiero de Soros, la misma que fue aplicada en los países suramericanos y Europa Oriental, y que los llevó a un estado de miseria nunca visto que siguen sufriendo hasta ahora.

Por lo que se sabe, los gobiernos ucranianos no se atrevieron aplicar esta terapia y desmantelar su sector público productivo y correr la misma suerte de los míseros latinoamericanos. Lo curioso fue que Soros logró instalar en los gobiernos liderados primero por Kravchuk y desde 1995 por el actual presidente saliente, Leonid Kuchma, su gente en los puestos claves, entre ellos Olech Havrylyshin, como el viceministro de finanzas, George Yurchyshin, como el vicedirector del Banco de la Nación, todos a sueldo pagados por Soros,etc.,etc., y además tuvo un acceso directo al presidente Kuchma que recibía memorandums del magnate financiero con las instrucciones.

Para nadie es secreto que la política norteamericana aplicada por sus hombres claves, como Soros, no está basada en la amistad sino en los intereses de EE.UU. En este contexto, llegó el momento para cambios en Ucrania aprovechando el final del mandato de Kuchma, así como sucedió hace poco en la otra ex república socialista Georgia, donde el amigo entrañable de Norteamérica fue sacado del poder por la alianza Soros-Departamernto de Estado. El nuevo presidente de Georgia es abiertamente pro norteamericano y anti-ruso, su ministro de economía y finanzas es un hombre de Soros, que también paga sueldos a los ministros del Interior, Defensa etc., etc,

Entonces en este contexto no le gustó por nada que un seguidor del presidente Kuchma, el actual primer ministro, Viktor Yanukovich que significa la continuidad de la política actual, fuera elegido como el presidente del país, derrotando por un millón de votos a su hombre de confianza en el cual ha invertido tremenda fortuna: Viktor Yushchenko quien fuera proclamado en 1999 en la Unión Europea y en EE.UU. como uno de los mejores banqueros del mundo pero no dicen que desfalcó e hizo quebrar al más grande banco de su país.

Tampoco cuentan que Yushchenko está casado con una norteamericana, una de las asesoras de Bush padre y muy ligada al entorno del magnate Soros, el negociante que le compró a Carlos Menem 800 mil hectáreas de tierra cultivable en Argentina. Soros, es el mismo que le dio a Alejandro Toledo un millón de dólares para lograr sacar a Fujimori del poder, no se sabe qué pidió a cambio, pero si se sabe que estuvo tras la caída de Milochevick de Yugoslavia, de Shevarnadze en Georgia, donde luego se instaló la base militar norteamericana y se agravaron las relaciones con Rusia. Soros también es el dueño de las minas de oro de Kosovo, y aunque su preferencia son los ex países socialistas, su presencia en Haiti, Guatemala, Brasil y Africa del Sur es omnipotente con su Open Society Foundation. ¿Qué hace allí?, no debe ser tan misterioso.

Lo que está sucediendo en Ucrania ya es viejo para los manejos de Soros, a quien en este país le llaman “la Madre Teresa” por sus dádivas a manos llenas a los que le siguen y por vacaciones generosas en Florida que ofrece. Pero también hay unos elementos nuevos, como la alianza que se formó entre Soros, EE.UU. y la Unión Europea para sacar Ukrania de la alianza con Rusia y transferirla a la esfera occidental de influencia donde ya está prevista la instalación de una base militar de la OTAN, siguiendo el proceso de un paulatino aislamiento de Rusia, rodeándola de bases militares.

Apenas se supo que el candidato oficialista había ganado, la protesta altamente organizada salió a las calles de Kiev. En la avenida Kreshatik, instalaron su cuartel general donde en unas horas levantaron carpas, cocinas móviles, postas médicas, etc. Cada carpa, con número, distintivo y líder. pertenecen a las famosas células clandestinas “Pora”, cuya formación viene desde hace diez años en las universidades., según informó la policía. En las calles, llevando carteles, gritando consignas previamente preparadas y actuando bajo el plan de desobediencia social, siguen protestando el séptimo día unos cien mil , estudiantes, intelectuales, empleados estatales vistiendo casacas de color naranja, bloqueando el acceso a todas las instituciones y ministerios del gobierno.

Cuando los entrevistaron, ellos decían harían lo mismo que en Georgia, donde la protesta logró en tres semanas hacer caer al gobierno. Igualmente exigían la integración inmediata con Europa Occidental y terminar la alianza con Rusia. Un grupo de los ukranianos vistiendo naranja organizo una manifestación frente a la embajada de Ukrania en Moscú, llamando atención de los moscovitas por su vestimenta color naranja bien confeccionada incluyendo casacas, chalinas, guantes y lo que más les sorprendió a los moscovitas es que tenían en sus manos naranjas que en esta época de invierno es una fruta bastante cara y no accesible a todos los mortales. Ya sabemos que esta “abundancia” proviene de Soros y sus “socios” de Norteamérica y de la Unión Europea.

Apenas los medios hablaron de la “protesta espontánea”, los gobiernos occidentales mostraron su inconformidad con el resultado de las elecciones. Les pareció extraño que Yanukovich obtuviera más del 90 por ciento del voto en el oriente y sur de Ukrania, pero les pareció correcto que su candidato Yushchenko lograse también más del 90 por ciento de voto en las regiones occidentales de Ukrania, tradicionalmente admiradores de Alemania y Polonia. Tampoco les interesó que países como China, Rusia, Tadjikistán, Kirgistán y muchos otros hayan apoyado el triunfo del candidato oficialista

Cuando esta columna se escribe, la Corte suprema estaba por decidir si anula o no las elecciones porque surgió algo que no estaba dentro de los planes, los partidarios del oficialista Yanukovich, también salieron a protestar en 17 regiones del sur y oriente, donde están los recursos energéticos del país, y han dicho que si Yushchenko da un golpe de estado, llamando a la insurgencia, como amenaza, ellos se separarán de Ucrania cosa que decidirán el 5 de diciembre en un referendum. Todavía hay muchas incógnitas en lo que se está pasando en Ucrania y como van a desarrollarse los acontecimientos en esta tierra de Taras Shevchenko, Taras Bulba y Bogdan Khmelnitsky, los milenarios héroes. Lo único que se sabe es que Rusia siempre saldrá perjudicada debido a su política claudicante y de “relaciones carnales” con EE.UU., mientras que Soros y sus aliados posiblemente tendrán un nuevo y suculento REITS (real estate – bienes y raíces), llamado Ucrania con sus 48 millones de habitantes vestidos
de color naranja.


vpelaez@eldiariolaprensa.com








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Vicky Peláez. Diario La Prensa N.Y


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