Estas reflexiones las estoy escribiendo el 1ro de septiembre
de 2010, o sea 25 días ANTES de los comicios del 26S, pero las mismas
son para DESPUÉS de ellos. Había que esperar, camaradas, que pasaran las
elecciones para que estas palabras tuvieran sentido, como verán a
continuación. Perdónenme por adelantarme, pues hablaré en pasado...
Nunca hubo en mi mente la menor duda que íbamos a ganar nuevamente —aunque para nada en forma tan avasallante como de costumbre, para nada...—; que la oposición tendría, nuevamente, que arrodillarse ante la evidente mayoría del voto popular socialista. Sin embargo, recordemos cómo incluso entre revolucionarios hubo gran descontento, o más bien preocupación, frente a estas elecciones; cómo se instaló la duda, o el puro y raso miedo de llegar a perderlas esta vez. Camaradas, no era una preocupación infundada...
Para ir al grano, he aquí lo que quiero decir:
¡ASÍ NO PODEMOS CONTINUAR!
No podemos seguir dándole razones —reales, verdaderas— a la oposición para luego temerla (nunca más frente a ningunas elecciones).
¿Que cómo evitarlo? MUY FÁCIL:
(me van a perdonar, distinguidas señoras y señores funcionarios, dirigentes revolucionarios, etcétera, esta expresión)
¡NO CAGÁNDOLA!
Pues ha sido por vuestra muy exclusiva y execrable culpa —al menos por una buena cantidad entre ustedes— que hemos sudado la GOTA FRÍA esta vez; que hemos temblado, gracias a su flagrante INSENSATEZ, por nuestro proceso.
Compréndanlo YA, señores CORRUPTOS, que si seguimos ASÍ no habrá siquiera para seguir robando...
Sí... Ya que no les interesa otra cosa que su propio bolsillo, que su propio avaro y mezquino egoísmo, sean al menos buenos parásitos; no exterminen a su presa...
Nunca hubo en mi mente la menor duda que íbamos a ganar nuevamente —aunque para nada en forma tan avasallante como de costumbre, para nada...—; que la oposición tendría, nuevamente, que arrodillarse ante la evidente mayoría del voto popular socialista. Sin embargo, recordemos cómo incluso entre revolucionarios hubo gran descontento, o más bien preocupación, frente a estas elecciones; cómo se instaló la duda, o el puro y raso miedo de llegar a perderlas esta vez. Camaradas, no era una preocupación infundada...
Para ir al grano, he aquí lo que quiero decir:
¡ASÍ NO PODEMOS CONTINUAR!
No podemos seguir dándole razones —reales, verdaderas— a la oposición para luego temerla (nunca más frente a ningunas elecciones).
¿Que cómo evitarlo? MUY FÁCIL:
(me van a perdonar, distinguidas señoras y señores funcionarios, dirigentes revolucionarios, etcétera, esta expresión)
¡NO CAGÁNDOLA!
Pues ha sido por vuestra muy exclusiva y execrable culpa —al menos por una buena cantidad entre ustedes— que hemos sudado la GOTA FRÍA esta vez; que hemos temblado, gracias a su flagrante INSENSATEZ, por nuestro proceso.
Compréndanlo YA, señores CORRUPTOS, que si seguimos ASÍ no habrá siquiera para seguir robando...
Sí... Ya que no les interesa otra cosa que su propio bolsillo, que su propio avaro y mezquino egoísmo, sean al menos buenos parásitos; no exterminen a su presa...
No exterminen a este proceso, del cual se guindan para
vivir —que es la única forma que conocen de existencia—: robando,
mintiendo, asesinando...
A ustedes hay que hablarles así.
Sabemos que están allí; hoy con toda seguridad nuevamente agazapados, escondidos en algún pliegue oportuno del sistema, también tras este nuevo triunfo del pueblo noble y luchador al cual ustedes ofenden cada vez que respiran. Siempre estarán allí, lo sabemos. Ustedes son parte de esa miseria que arrastramos del pasado, y que asumimos...
No crean que no los sabemos entre nosotros, que no los vemos; no confíen tanto en esa supuesta habilidad infalible para esconderse que... os identifica a leguas. Que saben hacerse invisibles y que el proceso no los pondrá al descubierto uno por uno, a cada cual en su momento, y no cuando ya sea demasiado tarde.
Tienen apenas el tiempo de volverse buenos...
Pero al pueblo revolucionario, digo con profundo respeto esto: confianza, que SÍ vamos avanzando.
¡Venciendo!
xavierpad@gmail.com
A ustedes hay que hablarles así.
Sabemos que están allí; hoy con toda seguridad nuevamente agazapados, escondidos en algún pliegue oportuno del sistema, también tras este nuevo triunfo del pueblo noble y luchador al cual ustedes ofenden cada vez que respiran. Siempre estarán allí, lo sabemos. Ustedes son parte de esa miseria que arrastramos del pasado, y que asumimos...
No crean que no los sabemos entre nosotros, que no los vemos; no confíen tanto en esa supuesta habilidad infalible para esconderse que... os identifica a leguas. Que saben hacerse invisibles y que el proceso no los pondrá al descubierto uno por uno, a cada cual en su momento, y no cuando ya sea demasiado tarde.
Tienen apenas el tiempo de volverse buenos...
Pero al pueblo revolucionario, digo con profundo respeto esto: confianza, que SÍ vamos avanzando.
¡Venciendo!
xavierpad@gmail.com