Hacemos este llamado público, con énfasis a los que pegaron el grito
al infierno después de las sentenciosas palabras del General Benavides,
lo que por no determinar sentencia mas allá de lo declarativo y ajustado
a la verdad, no le sirvió a los “juristas” del oposicionismo a
ultranza más que para lanzar el grito demagógico-electorero sin destino,
pues las peroratas cambiantes como esa de enarbolar los “derechos
humanos” de un ser desnaturalizado que le quita la vida a un ser humano
por una miseria, cuando los pueblos habían escuchado acusaciones infundadas
de culpabilidad contra el gobierno revolucionario de Chávez, no hacen
más que devolverle al farsante la indiferencia después de la trompetilla
que es lo menos que merecen los que no tienen palabra.
No se
dan cuenta los farsantes que las malas conductas datan de centurias.
Y que la mayoría de los venezolanos que hoy se apropian de lo ajeno
a sangre y fuego, son victimas de las políticas que, desde los gobiernos
de sus correligionarios, se impusieron a la juventud de entonces y que
esta legó a sus descendientes por falta de una amplia política educativa
para todos los estratos sociales como la que el gobierno socialista
imparte hoy en día.
Vamos
pues a clarificar lo que enturbian los cómplices del siglo XX, inclusive
desde cuando Chávez no había nacido y nos daremos cuenta de que aquellos
gobiernos solo se ocupaban de robar y dejar robar, a no educar, a no
producir. Así una juventud, la de entonces, pierde hasta la noción
de vida, y si la ajena le dificulta el sustento transitorio por la breve,
está dispuesta a quitarla del medio. Por esta “parada”, si no la
puede simular ante la evidencia, se lo traga la cárcel. Pero aún allí,
siempre lo estará esperando un féretro como el que lo espera en la
calle si reincide y se equivoca de victima, que es cuando completaría
el ciclo Benavides: cárcel y/o cementerio, sin derecho a exclamar;
“estamos vivos, gracias a Dios”.
Luego entonces, si de ahora en adelante no queremos que esa perversión
y el crimen sigan en el tapete, vamos a sincerarnos. Primero llegar
al convencimiento en cuanto a la necesidad imperiosa de apoyar las políticas
deportivo-culturales, conjuntamente con la ampliación de la educación
formal como la que está poniendo en práctica el gobierno revolucionario
y socialista del Presidente Hugo Chávez.
Por nuestra parte, de manera que no se repita ese ciclo de cárcel o cementerio, proponemos que a los reincidentes nuestras autoridades judiciales velen por sus vidas hasta su muerte natural. No se alarme. Venezuela tiene mucho “cielo abierto” como para aclimatar corajes descarriados, donde el mas pintao y cara cortada aprende a querer la flora y la fauna y a surcar la madre tierra para producir lo que se comen y, de paso, resarcir en parte lo que le arrebataron a la sociedad de la cual también arrebataron vidas inocentes. Y que no se metan en esto los embaucadores de almas con su rosario de conformismo y confusión.
La penúltima observación se explica en cuanto a que hay seres que tienen faz pero no alma. Ni siquiera descarriada, como es el caso Mezzerhane que será un cuerpo descarriado para esos anticristos cuando lo tengamos sembrando papa en Los Andes bajo la vigilia del fiscal de la dignidad.
Patria, Socialismo o barbarie.